En reconocimiento a su trayectoria como muralista, poeta y pintor, fue homenajeado en la Quinta Gameros el maestro Efraín Rodríguez Romero, creador de dos murales del Instituto Tecnológico de Chihuahua: El estudiante incorporándose al aparato productivo del país, realizado en técnica acrílica; y Mil años de pintura mexicana, pintado al fresco.
Originario de Durango, Durango, desde muy joven se sintió llamado a la pintura mural. En los setentas fue alumno del también pintor muralista David Alfaro Siqueiros, con quien adquirió conocimientos de pintura mural y escultura monumental. Aparte de su obra de caballete se ha expresado de igual manera en la realización de monumentos en bronce.
El Director de Promoción Cultural y Deportiva de la DGEST, maestro Nayar Ocegueda Parra, acompañado del Director del Instituto Tecnológico de Chihuahua, maestro Francisco Miguel Cabanillas Beltrán y de autoridades culturales de la entidad, entregaron una placa homenaje y un ejemplar del libro "Murales de los Institutos Tecnológicos" al maestro Rodríguez Romero, quien agradeció en palabras breves, asegurando que el arte, para que sea considerado como tal, debe ser visual.
En el Salón de Usos Múltiples del Palacio de Gobierno, se presentó la Muestra Colectiva de Murales de los Maestros del Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos. En la exposición se mostró obra de cuatro maestros pintores que asistieron al Festival: Martha Elena León Barajas, Héber Camargo González, Manuel de Anda Vizcarra y Álvaro Santiago.
Y en el vestíbulo del Teatro de los Héroes, se presentó de forma emotiva y con entusiasmo, la exposición de 130 obras de arte, incluyendo pintura, escultura y fotografía, realizadas por estudiantes de los distintos institutos tecnológicos del país.
También en la Quinta Gameros, un nutrido grupo de aspirantes a cuentistas, desde jóvenes estudiantes a personas de edad adulta, asistieron durante tres días al taller de literatura impartido por Rosamaría Durand Cercas, quien encabeza la compañía Se cuenta. Contadores públicos... de cuentos, cuyo objetivo, además de enseñarles cómo escribir de forma clara un cuento, llevó a los participantes a descubrir su habilidad innata para contar una historia de manera espontánea.
El XXXII Festival de Arte y Cultura del SNIT abrió distintos escenarios, los que dieron cuenta de una gran respuesta de público, el que quedó más que satisfecho por descubrir lo que los Institutos Tecnológicos hacen por sus estudiantes en el plano formativo con cara humana. Felicidades para los organizadores y para los estudiantes que entregaron su trabajo en las distintas disciplinas.