MÉXICO, D.F., 19 DE DICIEMBRE DE 2008, DGEST / DDC. Un año más está a punto de culminar, y con él afloran los tiempos de reflexión y evaluación, porque siempre resulta importante ver lo que se ha logrado, pero también aquello que se ha dejado inconcluso en el camino.  Por eso, la cercanía de una nueva etapa en la línea del tiempo nos permite escudriñar nuestros anhelos,  recordar los viejos propósitos del año que culmina y contrastarlos con lo realizado al final del ciclo. Con esta valoración mirar hacia el horizonte y con el 2009 como punto focal, centrarnos en la toma de decisiones de abandonar aquellos hábitos que nos limitaron en la calidad deseada,  continuar y mejorar constantemente, sobre todo en lo que nos ha impulsado al éxito. Definitivamente debemos ser proactivos con nuevos proyectos que nos acerquen más al futuro que deseamos.

Sé que estamos llenos de recuerdos de este año, de remembranzas de alegría  y posiblemente también de añoranza; pero, en ese equilibrio que nos da la vida, es mi mejor deseo que el balance sea positivo y que la esperanza y el amor de quienes nos rodean sea el aliciente para un cúmulo de nuevos ideales.

De la misma manera que en lo personal se da esa reflexión, en el plano institucional que es el ámbito que nos reúne, debemos hacer un recuento de lo que hemos sumado, pero también tomar conciencia de aquello que no logramos.

Nuestro Sistema es una gran Institución en la que tienen cabida todas las formas de pensamiento, actuando de manera conjunta y coordinada para el logro de nuestro objetivo que es llevar la Educación Superior Tecnológica a todos los rincones de nuestra patria. Así más de 364 mil jóvenes en este año han participado de manera directa de nuestra actividad principal, y en ellos hemos sembrado la semilla del México del mañana.  De esta forma, ya que nuestra evaluación no es sobre el presente, sino que se orienta a la trascendencia de lo que deseamos lograr, vislumbramos ya desde ahora ese peldaño del futuro que se presenta como reto por escalar, mismo que al alcanzarlo convertiremos en plataforma, en basamento de desarrollo para las generaciones futuras.

Difícil resulta evaluar la trascendencia, porque está en el terreno de nuestros ideales, porque está inmersa en la semilla que habrá de germinar en el futuro, simiente de la que habrá de emerger  ese árbol de nuestro quehacer que deseamos tenga un tronco fuerte y follaje excelso que dé sombra y fruto a todos cuantos tengan la voluntad de apoyar a nuestro proceso formador y sobre todo, a aquellos que deseen crecer en su humanidad y mejorar el bienestar de sus comunidades por la vía de la ciencia y la tecnología.  Estamos seguros de que con nuestra experiencia y nuestros actos continuos de mejoramiento, podremos atisbar esos indicios positivos del trascender en su génesis, nos deben hacer ver en el proceso, los elementos de calidad del producto deseado desde su diseño, desde su anhelo, desde su ideal.

Ese es el proceder constante de la comunidad tecnológica del país, de todos los que nos sentimos orgullosos de servir a México por medio de un Tecnológico, de todos los que con nuestro esfuerzo cotidiano, logramos la maravilla de formar a una juventud creadora, humana, consciente de su tiempo y de su espacio, pero también llena de valores y con el más ferviente deseo de servir a sus comunidades.

Por eso agradezco y felicito por sus logros a quienes desde un Tecnológico, Centro o desde la propia Dirección General, hacen posible que el devenir histórico de nuestro Sistema sea halagüeño, único y mágico cada día por ser formador de conciencias. Les agradezco por permitir sumarme a ustedes en este gran Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos, una institución fuerte que da servicio de calidad a todos los mexicanos.

Finalmente es mi deseo que en este fin de año, nos felicitemos por lo que hemos logrado y que junto con su familia, y con toda la comunidad tecnológica, logremos toda suerte de parabienes en lo personal, lo familiar y lo profesional.