Una puerta más que se abre al rico y sorprendente historial de los Institutos Tecnológicos y Centros que integran el Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos; una obra que nos permite exponer la enorme e impar riqueza muralística que posee este Sistema como singular patrimonio cultural.

Este rico acervo pictórico-muralístico podría considerarse, además de valioso por sí mismo, único como expresión histórica, dada la multiculturalidad que resume: silencioso caudal de color e imaginación que desborda todo asombro.

Esta obra refleja no sólo una línea de identidad de enorme fuerza y significado en la historia de los Institutos Tecnológicos y Centros que integran el Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos, sino que resume un valioso y acendrado legado acuñado por las ideas, anhelos y compromisos que dieron causa y razón a los movimientos sociales que forjaron nuestra patria.

Generalidades:

En la breve historia de los Institutos Tecnológicos -la referencia oficial nos concede 63 años, aunque hay vestigios de otros veinte más- hemos intentado acercamientos cronológicos varios -por creación de planteles y centros; por eventos deportivos, culturales y cívicos; por reformas académicas, por gestiones administrativas internas o por periodos de gobierno-, volviendo la mirada hacia nuestros orígenes con propósitos que en el fondo son coincidentes o complementarios: calibrar nuestra presencia en su dimensión social, averiguar qué es de nosotros mismos como instituciones de educación superior tecnológica, valorar y revalorar lo hecho siguiendo el hilo de la transformación del modelo educativo, medir nuestro impacto en el entorno inmediato y en los planos regional, estatal, nacional y mundial; evaluar el pasado para consolidar el presente y proyectar un mejor futuro, y muchos otros enfoques más para realimentar procesos educativos y perfilar planes y programas que nos permitan posicionarnos cada vez con mayor certidumbre en el universo de la educación superior tecnológica.

Hoy, con un propósito de similar naturaleza, y con el fin de complementar un proyecto que en 1993 nos dio como resultado la valiosa obra titulada Patrimonio pictórico / Institutos Tecnológicos de la Secretaría de Educación Pública -mediante la cual se realizó un recuento muy importante de la obra pictórica de caballete propiedad de nuestras instituciones-, abrimos una puerta más para conocernos mejor y hacer partícipe a la sociedad mexicana del descubrimiento maravilloso y el asombro que nos causa saber y confirmar que somos poseedores de un acervo pictórico-muralístico que tal vez no exista en otro sistema como el nuestro.

La obra Los murales de los Institutos Tecnológicos / Tecnología con sentido humano, es consecuencia, en primer lugar, de una vertiente que, aunque trazada y fomentada como línea de identidad para las instituciones del SNIT, propicia la expresión creadora de profesores y estudiantes; y, en segundo, es fruto de la libertad de conciencia a que impulsa nuestro modelo educativo por la formación integral que se busca y se subsume mediante dicho modelo. Pero, además, entre el total del personal que trabaja en el Sistema, en la plantilla figura un importante grupo de pintores profesionales y con sobrado reconocimiento nacional e internacional cuyo trabajo consiste precisamente en plasmar en los muros de nuestras instituciones, sin restricción alguna, su visión del mundo.

Sabemos que en México, el muralismo tiene una larga y cimentada historia (desde 1922), particularmente como expresión estética, crítica y social emanada de la Revolución de 1910, y que tiene representantes que son hoy cumbres del arte universal, como José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, por citar a los más connotados; y que en el mundo se reconoce también el peso específico que adquirió la Escuela del Muralismo Mexicano. Es, pues, en este universo de rica tradición mexicanista, donde nuestro muralismo -el muralismo que vive y respira en los recintos de los Tecnológicos y Centros que integran el Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos- halla y funda su razón de ser. Y estamos seguros de que es, y ha sido, en su práctica permanente, un silencioso caudal que hoy desemboca con una exuberancia de color e imaginación que nos ubica en otro plano y dentro de otra perspectiva de la historia del Sistema.

Por eso lo ofrecemos al gusto y al juicio de nuestra sociedad, mediante esta obra -Los murales de los Institutos Tecnológicos / Tecnología con sentido humano-, no sólo como reproducción de un quehacer estético, sino también como un resumen más del valioso legado que nos dejaran, como nación, las ideas, los anhelos y los compromisos que dieron causa a nuestra Independencia y a la primera Revolución social del siglo XX, como fue la nuestra.

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