Aguascalientes, Ags., 06 de febrero de 2018 .TecNM/DCD. Afirma el secretario de Educación Pública Otto Granados que el Tecnológico Nacional de México, creado por el presidente Enrique Peña Nieto en 2014, ha tenido progresos sorprendentes y estimulantes. “Que se ha convertido muy rápido en una fuerza robusta y con enorme potencia para la educación superior en México”, y enfatiza que a su juicio “va justamente en la dirección correcta de los cambios que ocurren en México y en el mundo, al tener en sus aulas a casi la mitad de los ingenieros que se forman en México”.
Y agrega: “Porque México y el mundo están cambiando rápidamente. Las nuevas tendencias del cambio económico global exigen innovación, productividad y competitividad. El intercambio comercial de México con el mundo supera ya los 850 mil millones de dólares y los empleos generados en el sexenio del presidente Peña Nieto se contabilizan ya en 3.3 millones, lo que lleva a revisar de que 8 de cada 10 empleos generados en México se han dado en sectores no tradicionales de la economía”.
De ahí que el reto de las instituciones de educación que forman profesionales y técnicos para el desarrollo, tengan entre sus principales desafíos el de incluir los elementos para definir y consolidar el “cómo hacerle, a través de la educación superior, para elevar su contribución al crecimiento de la economía”.
Y eso no ha sido fácil. En México, la educación superior es atendida por aproximadamente 3 mil instituciones, de las cuales el 32.2 % son públicas y el 67.8 privadas (ANUIES). El costo nacional por estudiante varía de 150 mil pesos al año en la UNAM a 120 mil en el Instituto Politécnico Nacional y entre 24 y 30 mil pesos en el Tecnológico Nacional de México. De donde se deduce que la más importante fuente de movilidad social para los jóvenes –con independencia de sus apellidos, origen familiar o su ingreso– se encuentra en el Tecnológico Nacional, con más de 600 mil estudiantes.
En las instituciones privadas, el costo por estudiante depende de la oferta y la demanda y actualmente existen instituciones inaccesibles para las mayorías por sus altos costos.
Según el secretario de Educación Pública, las instituciones de educación públicas tienen varios retos de cara al 2018. Un primer reto para esas instituciones es el de la Estabilidad.
La convivencia entre el personal directivo, docente, manual, administrativo y los estudiantes de cada una de las escuelas, obliga al respeto a la pluralidad y a la libre discusión de las ideas, pero cuidando siempre los fines de la institución. Mucho diálogo y comunicación entre las partes obliga el respeto a las leyes y blindar las instituciones de las disputas políticas que se presentan con motivo de la temporada electoral.
México, al consolidar gradualmente su sistema de partidos, superó la crisis política de los años setenta y ochenta del siglo XX, cuando la labor política se hacía fundamentalmente en las universidades y otros centros de educación superior, con altos costos para la sociedad, las instituciones y el Estado.
Muchas instituciones fueron un frecuente campo de batalla política en cuestiones no siempre derivadas de su naturaleza u origen, mediante huelgas, paros y acciones de solidaridad con causas sociales ajenas. Mucha fue la agitación, muchos los costos, muchos los lastres.
Un segundo reto para el Tecnológico Nacional: la Elección de las áreas de futuro. Los temas de la agroindustria, energía, automotriz y aeroespacial, sumados a los de las tecnologías de la información, ecología y medio ambiente, van en concordancia con los cambios experimentados y las tendencias de la economía mundial y nacional.
Un tercero es el de un tema poco abordado pero que a México le está haciendo crisis: Nuestras ciudades. El excesivo y acelerado crecimiento urbano que a la fecha ha provocado que en 59 ciudades del país se concentre ahora el 80 % de la población.
Este crecimiento de las ciudades ha derivado en un sinfín de problemas urbanos muy marcados: Violencia e inseguridad, narcomenudeo, problemas ambientales, crisis del transporte y la vialidad, especulación y corrupción en el uso del suelo y rezagos en la demanda de agua y otros servicios públicos, entre otros muchos problemas. La urbanización y sus consecuencias sociales han sido temas muy poco abordados—casi nada— por los centros de educación superior y urgen respuestas y propuestas que lleven a atender una de las mayores crisis de México.
Otro reto es el de la Calidad de la educación superior. En México con frecuencia se publican evaluaciones sobre las mejores instituciones de educación superior, y la educación pública ha pasado la prueba.
El debate sobre la educación pública/educación privada, en el nivel superior está acotado por los retos de la desigualdad social y las limitaciones de aquellos jóvenes que por su condición social y de ingreso familiar se quedan en el camino, sin poder acceder a un espacio en las instituciones públicas. La obligatoriedad de la educación en México llega solo hasta al nivel de la media superior y pasarán todavía muchos años para que llegue al nivel superior. Ante eso, las instituciones públicas están obligadas a buscar constantemente la calidad de la educación que brindan, en parte porque operan con recursos que se derivan del presupuesto público, de los impuestos de la gente, y también porque su misión fundamental es la de promover la movilidad social de los jóvenes y con ello aportar al desarrollo de México.
Afirma Granados que la Empleabilidad es por ahora uno de los retos más importantes de las instituciones de educación superior. ¿Cuáles son los niveles de empleo de los egresados de la mayoría de las instituciones de educación superior? ¿Cuáles son los principales indicadores de absorción de los egresados por parte de los sectores productivos, públicos y sociales? ¿Están las instituciones educativas públicas y privadas formando a los profesionales para el desarrollo de México? ¿Ofrecen las instituciones las opciones profesionales pertinentes o se guían por las fuerzas del mercado?
En algunas instituciones como el Tecnológico Nacional, el nivel de empleabilidad de sus egresados llega al 60 % en los primeros seis meses de haber terminado sus estudios.
En el debate sobre si la tecnología acaba con los empleos, la opinión del presidente del Foro Económico Mundial Klaus Schwab (La cuarta revolución Industrial) para el debate, es que no es la tecnología, sino los niveles de preparación de los jóvenes y el rezago en materia educativa los principales problemas.
El Monitoreo de egresados también es importante. ¿A dónde van los egresados de las instituciones educativas de nivel superior? ¿Dónde se encuentran ubicados? ¿Están laborando en las tareas relacionadas con las disciplinas que estudiaron? ¿Están respondiendo adecuadamente las instituciones con la demanda social de egresados de calidad? Casi ninguna de las instituciones les da seguimiento a sus egresados y eso representa una deficiencia y una omisión que afecta la evaluación general del servicio educativo.
El otro reto es el de la Evaluación permanente de las Instituciones. La reforma educativa generó un saludable debate sobre la evaluación permanente del personal docente de la educación básica y la media superior. No se agreden derechos laborales de los trabajadores y tampoco se afecta su desarrollo. Por encima de toda la discusión que la reforma ha generado, están los intereses de los niños y los jóvenes de México que demandan una buena calidad de la educación que imparte el Estado. Eso ha sido lo más importante.
Ante eso, las instituciones de educación superior deben diseñar mecanismos permanentes de evaluación que se sumen a la tarea de rendición de cuentas que por ley están obligadas, tanto ante los órganos internos de control como ante la sociedad que demanda información.
En educación superior—de tipo público—, además de la fundación de las universidades estatales creadas por leyes de los Congresos locales, las más importantes decisiones tomadas por los gobiernos han sido: La autonomía otorgada a la UNAM en 1929, en el gobierno de Emilio Portes Gil; la creación del Instituto Politécnico Nacional, por el presidente Lázaro Cárdenas en 1936; la creación de la Universidad Autónoma Metropolitana por el presidente Luis Echeverría, en 1973; y la creación del Tecnológico Nacional por el presidente Enrique Peña Nieto, en 2014, que agrupa a los 254 instituciones de educación superior tecnológica que empezaron a funcionar primero en Durango y Chihuahua en 1947, en el gobierno del presidente Miguel Alemán.
¿Qué sigue? Avanzar y cumplir. Que las instituciones se fortalezcan, se desarrollen y operen más allá de la coyuntura política y de los problemas externos. Buena la recomendación de Otto Granados, que con esto seguramente dejará huella en su paso por la SEP.
Por: Bulmaro Pacheco Moreno
|